La decisión
Si entendiste el regalo que Dios quiere darte y querés recibirlo, podés hablar con Él de la siguiente manera:
Dios, creo que Jesús es tu hijo. Reconozco que soy pecador y me arrepiento de todo corazón. Creo que Jesús murió por mí en la cruz para pagar mi castigo y que con su sangre, derramada en esa cruz, me limpiás de toda mi maldad. Solo vos podés salvarme y creo que Jesús resucitó para darme vida eterna. Te necesito, te abro mi corazón y te recibo para siempre en mi vida.
En el nombre de Jesús. Amén.